Seguidores

28.2.15

PERROS Y GATOS


Soy del bando de los gatos.
Entendiendo que la humanidad se divide en perros y gatos.
A los perros los veo como un subproducto, un apéndice, una caricatura en cuatro patas de la psicología  humana.
No me simpatiza esa tan alabada “fidelidad”. Esas historias de perritos obsecuentes que después de muerto el amo se quedan junto a su tumba esperando el final me parecen patéticas.
Los gatos son libres, nos enseñan a vivir, a relajarnos, a disfrutar el instante presente.
 Pero no quiero entrar en polémicas absurdas.
Ya tuve mi parte. Cuando hace años en la revista Humor, Aquiles Fabregat escribió una nota sobre los dogos, un aluvión de cartas nos quisieron sepultar.
 Los criadores de dogos indignados, no entendían como la revista Humor, tan seria, publicaba una nota  tan descalificadora a la raza en cuestión y a sus inventores, ilustrada por un “pintamonas de tan baja estofa”, que no era otro que quien suscribe.
Nunca me había pasado que un dibujo generara tanta indignación, me costó entender tamaña reacción generada por unas líneas trazadas con tinta sobre un papel blanco.
Hoy, ya viejo artista, estoy vacunado, así como halagos y masajes al ego, recibo mis buenos garrotazos, es parte de la religión, me digo mirando un gato blanco que se estira en mi mesa de trabajo.



27.2.15

SAGA DEL RUFIÁN MELANCÓLICO



Mientras leía "Los siete locos" y "Los lanzallamas" de Roberto Arlt fueron surgiendo estos dibujos, realizados con pastel, inspìrados en el rufián melancólico, uno de los personajes de las novelas.
Roberto Arlt es para mi gusto el mas grande escritor argentino, en su corta vida escribió un mundo intenso que late en cada página, parece que todavía está esa Buenos Aires que el relata en novelas y cuentos o en las mas conocidas "Aguafuertes porteñas" que hacía para un diario a comienzos del siglo XX.
Es que el arte no tiene tiempo, siempre tiene la vigencia de este momento, aunque hayan pasado años o siglos.http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Arlt

20.2.15

SUCESOS


En esta época en que todo te lo dan hecho (hasta las ideas), alguien que fabrica la mesa dónde come o la pintura con que expresa algo que lo conmueve, es un naufrago de otro tiempo.
Cuando camino entre las góndolas del Easy y veo todas las “soluciones” de plástico que me ofrecen o en un restaurante la variedad de platos elaborados al alcance de mi tarjeta de crédito, no puedo dejar de evocar aquellos lejanos días en que con algunos congéneres salíamos, con  flechas talladas una por una con nuestras manos,  a cazar un bisonte para saciar el hambre de semanas de ayuno.
Cuando mis amigos despliegan un muestrario de chirimbolos (celulares, ipod, notebook, etc.) que la tecnología de punta renueva cada cinco minutos, los miro con los ojos asombrados con que los aborígenes miraban espejitos de colores.
Esta suma de sucesos, suceden al borde de mi inocencia perdida, encerrado en mi refugio de piedra, mientras afuera llueve.


8.2.15

NICANOR PARRA


Solo de la cintura para abajo
Fablan los pobres viejos libidinosos
Expulsados del templo de Minerva
Por infracciones de orden erótico.

Nosotros somos otra clase de gente:
Nuestros poemas cantan las hazañas
De los héroes,
                       no los devaneos
De Cupido en el lecho de Venus.
Ellos son viejos verdes
Nosotros somos ancianos maduros.

Nicanor Parra
“Obra gruesa” Editorial Universitaria


2.2.15

ELUCUBRACIONES DE UN SR. QUE AMASA.



Por estos días tórridos, mientras mis amigos veranean en playas lejanas, escuchando bajo las palmeras el son de los ukeleles, yo trabajo como la hormiga de Esopo. Mis manos modelan la arcilla, esa materia que al amasarla sentís que dentro tuyo sigue vivo un niño. Pienso que si todos amasaran arcilla con sus manos, las multinacionales de tranquilizantes irían a la bancarrota.
Así va surgiendo este caballito bajo la mirada atenta de mi petit fille Florencia, que me dá sabios consejos, me presta herramientas, me asesora con presteza sobre el posterior horneado,  hasta que me dice que le deje de hinchar los ovarios.
Todos los hijos saben claramente donde está el límite de ese extraño territorio que es la paternidad.
Todavía no tengo decidido en que pared irá este relieve de terracota, acá en nuestra casa-taller de Vistalba, pero mientras trabajo la imagino como un sobreviviente dentro de 1.225 años, cuando ninguno de nosotros viva. Lamento decirles (si aún siguen leyendo) que la vida es breve, si bien la muerte no existe, pero esto lo dejamos para otro día.