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1.7.11

Fausto


A todos aquellos  interesados en vender su alma al diablo les advierto que lean detenidamente la letra chica. Estos contratos suelen traer una colección de sorpresas desagradables, y cuando nos damos cuenta es tarde, estamos en el horno.
El alma, según  se sabe pesa 21 gramos, que pueden significar esos gramos, piensa el burguesito ansioso , ¡menos que un dedo meñique! y sin pensarlo dos veces  firma, a propósito de firma, estoy cansado de explicar que la cruz que lleva mi firma al final, sobre la i está a modo de punto, por lo tanto no busquen explicaciones esotéricas.

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