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30.9.10

Fueron varios meses de trabajo fecundo, un día entrego el laburo a los editores y queda el estudio como único testimonio, como un campo donde hubo una batalla, solo resta limpiar, ordenar y dejar que se vaya el ruido del fragor del combate.



Tuve suerte porque después de que fueran publicados hice una muestra con esos dibujos en Buenos Aires y un coleccionista (esos raros especimenes que de vez en cuando aparecen) me los compró todos.

2 comentarios:

rocio malen dijo...

Me retiro de la pantalla dispuesta a comer un montón de papeles y algún que otro grafito.
Un abrazo



rocio

luis scafati dijo...

Hola Rocio, bueno espero salgan buenas cosas...no dudes en mostrarlas, un abrazo.