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27.9.09

Nieve

A pesar de la primavera este domingo amaneció nevando.El silencio es total mientras todo se cubre de blanco. Es una buena oportunidad para preparar una tira de asado en la estufa y descorchar un malbec, probablemente esa química genere buenos dibujos.Mañana te cuento.





15.9.09

Konstantin Bronzit

Ya se sabe, somos seres absurdos por naturaleza, este corto es una perfecta metáfora de eso.
Lo realizó un capo llamado Konstantin Bronzit, nació en el 65 en Leningrado.Durante muchos años dibujó comics, ahora ganó todos los premios con sus cortos.

5.9.09

Bellas artes bellas

Después de molernos durante varios meses con modelos de yeso: jarrones, cubos y esferas, llegó la hora de dibujar la figura humana con modelos de carne y hueso.




Recuerdo la tarde en que el profesor nos llevó a la sala donde estaba la modelo, una escuálida muchacha desnuda sobre una tarima, cerca de un calefactor que apenas servía para paliar el frío de ese gran espacio.

Éramos sesenta alumnos, la mayoría mujeres (solo 4 varones) una de las cuales era monja, la hermana Berta, quien se abstuvo de entrar donde estaba la modelo hasta recibir la autorización del Vaticano. Ya se sabe las cosas que uno puede imaginar al ver un cuerpo desnudo.


Los caballetes rodeaban a la modelo como un enjambre de monstruosos insectos. Trabajábamos sobre papel escenografía con carbonilla.
“Se movió, así no estaba, ese brazo mas arriba…” eran las excusas para justificar los adefesios que perpetrábamos.
En los recreos ella se cubría con una bata y paseaba entre los tableros mirando las “obras maestras” que inspiraba su cuerpo.

Uno de los alumnos de nombre Drago Brajack era un inmigrante Croata, en su niñez había sido pastor, era una persona meticulosa y tímida. Pronto nos hicimos amigos, desplegó la historia de su pueblo detalladamente mientras dibujaba paisajes metafísicos que a lo largo de los años fue perfeccionando junto a la historia.


Eran comienzos de los setenta, el telón de fondo era una dictadura que expiraba, virulencia política, hipismo, los Beatles, el Che y Mafalda.
Mientras estudiábamos nuestros modelos desnudos, haciendo croquis rápidos o elaborados análisis de cada fracción de la anatomía, participábamos en tumultuosas asambleas y encarnizadas discusiones políticas.

Hoy, cuando recuerdo aquellos dibujos que no tenían otro fin que hacernos comprender el universo de las formas, agradezco haber hecho ese aprendizaje a veces tan tedioso y al que tanto cuestioné.

En ese momento se hablaba de la muerte de la pintura de caballete, estaba de moda el arte cinético, no faltó el profe vanguardista que nos propusiera hacer un móvil. Varios lo resolvimos con un motorcito de ventilador al que le adheríamos algunos chirimbolos.
De todo ese ruido muy poco, casi nada, quedó.


Mi combustible lo extraía de los libros de Julio Cortázar, Manuel Puig, Leopoldo Marechal, Herbert Marcusse, Albert Camus. Un día, un amigo de un curso superior llamado Eduardo Tejón, me mostró algunas reproducciones del pintor Francis Bacon, fue un cross a la mandíbula.



Otro amigo al que mucho le debo se llamó Carlos Gómez, era una especie de filósofo visual, pintaba bellísimas composiciones abstractas, mezclando formas geométricas y orgánicas.

Fueron muchos años, muchos amigos, muchos sueños, muchos amores y odios, todo eso que a medida que transcurre el tiempo, sin que nos demos cuenta, nos va modelando.
Llegó 1976 y como una sombra, la sangrienta dictadura deVidela, sin ningún argumento, fui expulsado de la facultad de artes.
Un pequeño milagro, la hermana Berta dejó los hábitos y se casó.